Existen muchas formas de demostrar el cariño y afecto de una Hermandad hacia un colectivo musical: bonitas palabras de bienvenida, parabienes y felicitaciones por la actuación, buenas críticas hacia la música allí interpretada... Todo eso lo obtuvo la Banda del Carmen ayer en la Exaltación de la Semana Santa que organizaba nuestra querida Hermandad de Los Blancos de Salteras.
Pero, habrían de regalarnos algo mucho mas importante que todo eso, el mayor reconocimiento que un músico puede pedir, el mayor regalo que a un músico le pueden brindar, y ese no es otro que el respeto traducido en silencio.
No hay mejor forma de demostrar afecto y cariño para un músico o un colectivo musical que el respetuoso silencio cuando éste inicia su interpretación. Mas aún si cabe cuando las condiciones de partida no son las mejores: escenario a cielo abierto, barra de consumiciones cerca del escenario...
Y ayer, en la soleada tarde de Salteras, y a pesar de esas condiciones, Los Blancos nos regalaron su atención, su cariño y su respeto para El Carmen y sobre todo para su música... ¿Qué mas se puede pedir?
Gracias a ello, la música surgió creando momentos de especial belleza: La Sangre y la Gloria, con sus matices y contrastes, Dolores L Aniversario y su himno obra del genio que se nos fue, Pasa La Virgen Macarena siempre excelente, siempre exquisita, o la despedida con Dolores de Salteras, himno oficioso de la Hermandad y Mis Dolores son Jesús (de otro genio que también se nos fue el año pasado) servirían para dar forma y contenido a una actuación y a un evento sin duda especial.
Es por todo ello por lo que desde la Banda del Carmen queremos agradecer a la Hermandad de Los Blancos y a todas las personas allí presentes el regalo que ayer nos brindaron.
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